Pintor nacido en Murcia en 1927,
autodidacta.
Tiene muchas exposiciones en su larga carrera
artística. Su obra se encuentra repartida por toda la geografía española y
algún otro país.
Con un estilo impresionista con ligeros
toques realista se le podría definir.
Paisajista en la mayor parte de su obra,
aunque trabaja otras composiciones muy interesantes.
Es un espléndido dibujante, cosa que
denotan sus obras.
La gama del color la tiene dominada, pero
son los azules y verdes los que predominan sus telas, amalgamados muy bien y
con un resultado final muy atractivo y de mucha calidad colórica.
Es un artista muy experto en el mundo
artístico, sus obras reflejan la pasión que siente por lo natural y sobre él
todos los rincones de su tierra con esos cielos y esas aguas tanto marinas como
de ríos y charcas.
Su obra se caracteriza por la limpieza y suavidad,
y al contemplarla sentimos bien estar y tranquilidad, y hace que sea uno de los
pintores dentro del tema del paisaje más admirado por su tierra.
Artista sencillo, pero taxativo, todas
sus composiciones tienen un silogismo que atrae, admirando largo tiempo sus
trabajos.
Artista en un buen escalafón dentro del
pa1marés nacional, pero debe de seguir subiendo por el bien de la pintura.
Exposición de 26 obras, que está siendo
muy visitada y con gran acogida por parte del público y prensa.
JOSE LUIS MARCHANTE ARAQUE
Crítico de Arte
A estas alturas, tratar de descubrir a
José Pascal sería una auténtica perogrullada. Lleva en el oficio unos veinte
años, de los cuales, más de la mitad los ha consumido en conseguir, cada año
más, un sitio, un lugar, un espacio entre los pintores que saben hacer las
cosas, que cumplen, dignamente, con éxito y superación su trabajo.
José Pascal ha elegido un camino, el del
realismo, el de la fidelidad a la forma, el de la expresión veraz y certera de
la figura, de las cosas, del mundo que la rodea, de la naturaleza, de la
belleza que ésta encierra, de todo lo que el paisaje puede dar de sí, que es
mucho, cuando se busca el lugar, la hora, la luz, el clima y el ambiente.
Y esto es, sencillamente, lo que hace
Pascal. Salir a la calle, echarse al campo, a la huerta, camino adelante, con
la carga noble de sus ideas y sus reflejos, son su sensibilidad cuestas, con el
material peso de los útiles de su oficina. Allí donde su retina, camino recto
de su espíritu, encuentra un punto interesante, allí mismo planta el trípode y
da comienzo a su obra. Por eso, no por otra cosa, es siempre fresca, lozana y
viva. Otra cuestión es el retoque final, el detalle minimizado, sin deterioro
de la hermosa y armónica construcción del tema.
Los cuadros de Pascal tienen toda la
jugosidad del paisaje elegido, no son como en conserva. Guardan el frescor y el
aire respirable del tema expresado. Pero, a la vez, tienen todo el soporte, la
seriedad, la firmeza y robustez de la obra hecha, permanente, duradera -hablo
de la idea- tienen todo el rigor académico y real de un cuadro que vale para ayer,
hoy y mañana.
Ya sé que hay otros lenguajes en la
pintura. Todos son válidos si son limpios, honestos, sinceros, sin son capaces
de decir algo, por poco que sea, al que contempla.
Ya sé, también, que hay gentes que
prefieren un medio de expresión determinado, desde la abstracción más absoluta,
si ésta existiese, que en ciertas ocasiones se presenta, como el famoso cuadro
de Casimir Malevich, "Cuadro blanco sobre fondo blanco», es decir, la tela
enmarcada, que es tanto como reducir la pintura a la nada; desde la abstracción
al realismo más exaltado, con su reciente versión del hiperrealismo, casi
fotográfico.
Pascal se queda en la figura, en el
verismo pictórico, pero pone mucho de su parte, además de su saber escoger el
tema, su rico colorido, su dibujo bien sostenido y su lenguaje amable, grato y
siempre presto a sugerir bellas sensaciones.
CARLOS VALCÁRCEL
Miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte
Es evidente la intuición de Pascal para
el dibujo y los colores luminosos: facultades que practica en aras de una
representación intensamente realista. Y aunque en la técnica se descubren los
antecedentes de la autodidaxia, hay soltura y acierto por lo general en el
empleo de la materia, con abundancia de empastes, para llegar a la fidelidad
del trasunto con efectos de asombrosa exactitud. Centrada la temática en el
paisaje, la rectitud de la perspectiva, la justeza del dibujo y la viveza
cromática constituyen el andamiaje de la representación con absoluta lealtad a
los lugares, los cuales aparecen llevados al lienzo con el primor de la
pincelada menuda, pero también con la soltura, en ocasiones, de los oportunos y
eficaces arrastres de espátula, dando lugar con ellos a un sorprendente
realismo en la interpretación de la serenidad cristalina de los ríos. Así
resulta de los cuadros que actualmente expone la galería Nuño de la Rosa.
PEDRO SOLER
Periodista del diario La Verdad
El artista murciano J. Pascal presenta
una sugestiva exposición pictórica en la Sala Tiziano de Valencia. Toda ella
está dedicada al paisaje, predominando aquellos en los que las aguas,
corrientes o encharcadas ofrecen al artista el riesgo, voluntariamente asumido,
de poner en juego unos recursos técnicos, con los .que logra bellos efectos
luminosos y brillantes.
Pascal practica, con evidente éxito, un
impresionismo de ricas texturas y jugoso colorido, graduando con acierto los
empastes para una mejor valoración de los planos.
RAFAEL ALFARO
Poeta y periodista
En la Sala Municipal de Santa Isabel,
expone el pintor murciano Pascal, que ya lo hizo en nuestra ciudad en anteriores ocasiones, y también en la capital del reino.
Esta nueva muestra de Pascal, dentro de
su línea figurativa, con inscripción en el impresionismo, nos acerca más a su
sentido fiel y leal a la forma, al color y al clima que el motivo arrancado a
la naturaleza le ofrece.
Pascal ha ido incorporando, como fruto de
su dedicación y trabajo, pero de su estudio inteligente de las cosas, toda una
precisión en la pincelada, un preciosismo que le empuja a conseguir, en no
pocos cuadros expuestos, obras de museo.
En toda la obra colgada en la Sala
Municipal, hay ambiente, aire, atmósfera, consecuencia de lo cual es la
limpieza de sus paisajes, el colorido rico y jugoso, la feliz terminación o
sucesión de planos, con los lógicos efectos de cercanía y lejanía, dando como
una medida de volumen, de tridimensión, a la obra que comentamos.
La exposición está siendo muy visitada y
el número de cuadros vendidos habla, con elocuencia, de la feliz acogida que su
pintura tiene en nuestra ciudad.
CARLOS VALCARCEL
Miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte
Pascal presenta una colección de cuadros,
en su mayor parte con temas de la provincia de Murcia. Es un pintor muy rápido
que con un ligero apunte y mucha imaginación, en la paz de su estudio, plasma
en el lienzo los bellos paisajes de la huerta.
Domina con verdadera maestría la pintura
con espátula, técnica que encierra muchas dificultades. En la suavidad de sus
paisajes ha sabido superar la dureza de contrastes que la pintura con espátula
proporciona.
TEODORO GARCIA CAMACHO
Crítico y pintor
En la Sala de Exposiciones de El Corte
Inglés, cuelga una nutrida colección de óleos, sobre temas paisajísticos, José
Pascal, quien, con su conocido lenguaje y medios expresivos, nos narra
preciosos rincones de la huerta en tiempos primaverales o en los del otoño, con
sus policromías ricas y jugosas, sus verdes estallantes, en los primeros de
estos paisajes, y sus grises finos y transparentes, sus acres desvaídos y
lánguidos, en el segundo grupo de paisajes.
Todo lo dice Pascal con su depurada
técnica, con su oficio acrisolado y su conocimiento del dibujo. Su pincelada
menuda, breve, detallista y limpia, su paleta alimentada de los más puros y
vivos colores, que mezcla con equilibrio y mesura, todo este bagaje de
conocimientos, junto a esa sensibilidad que le hacen buscar y hallar el
paisaje, el rincón huertano, el río, la acequia, el bancal sembrado o recién
labrado, con claridad y belleza.
Si hubiera que definir la pintura de
Pascal, yo lo haría con una palabra: amable. Porque, tal vez, es este carácter
que el propio pintor quiere, conscientemente, para sus cuadros.

La exposición que muestra en la galería
Nuño de la Rosa, puede ser un exponente claro de la afirmación. Cierto que para
otros, antes que el donde la amabilidad, se impondría el tipismo, «lo nuestro»,
porque los veintitantos cuadros que expone son otros tantos recuerdos plásticos
de paisajes y rincones de nuestra geografía provinciana. Lorca, Jumilla,
Albudeite, Cieza..., son localidades de las que Pascal ha entresacado sus
paisajes más tradicionales. O, por otra parte, los lugares más cercanos del
Malecón, de la huerta, del Segura, sirven asimismo, para que el pintor se
recree en su lujuriante mundo de color y luz. Aquí estriba esa amabilidad a que
antes me refería, porque las obras son una mezcla dosificada de estos dos
componentes artísticos, volcados plenamente en una serie de paisajes reflejados
tal y como están.
Quizá, eso sí, más enriquecidos; quizá contemplados con ojos
más de amor de de transfiguración.
No se sale Pascal de unos métodos
«clásicos» en su concepción del paisaje. Los lleva hasta el cuadro, como si
fueran trozos reales arrancados de su contorno. Y luego los «retoca»,
enriqueciendo las pérdidas que puedan haber sufrido en el «traslado».
PEDRO SOLER
Periodista del diario La Verdad
José Pascal se desenvuelve en un mundo
estético en el que un sentido de lo ordenado, no de lo meticuloso, todo
preside. Un mundo de equilibrio en la forma y en el fondo, de mesura en la
línea, en el trazo, en la pincelada, exacta, justa; en el color, reflejo,
consecuente, de la naturaleza por el observada.
José Pascal busca y halla tema
en los espacios abiertos; allí, junto al mar azul de la costa murciana o de la
alicantina; en la sierra de tonos violetas, junto a la roca gris o a la peña
ennegrecida; al lado del azarbe o de la acequia de aguas plateadas; en la
orilla misma del bancal de verdes plantaciones; allí en estos sitios de cita,
entre el pintor y la naturaleza, Pascal recoge el motivo de su pintura, el tema
de sus cuadros, que luego devuelve con un sello personal, sello que, como decía
antes, viene expresado por ese concepto de lo ordenado, de lo justo, de lo
exacto, sin llegar al detallismo pueril o exagerado. Pascal deja que cada cosa
ocupe su sitio, sin preocuparse, en exceso, de que estas cosas aparezcan tal
como son o como suelen presentarlas pintores que desciendan a decidas sin fe de
erratas. Su paleta es abierta, jugosa, rica, pero prefiere usar, con mayor
frecuencia, unos tonos que se quedan en la parcela de lo severo, tonos
verdinegros, verdes oscurecidos, como apretados, como respondiendo a una
arboleda recién fumigada, limpia, acaso, por la lluvia descendida durante la
noche.
También nutre, su temática, en motivos
urbanos, más bien de aldea o caserío de blancas casas, geométricas, impolutas;
o de barrios viejos de la ciudad vetusta, con piedras doradas por los siglos,
con ruinas venerables que nos hablan de mundos lejanos en el tiempo. En fin, José Pascal quiere -y consigue-
dar testimonio de un mundo que existe, que se halla en el campo, en la montaña
y en el mar, en el barrio urbano o en la pequeña localidad campesina o
huertana. Es todo un testimonio de que ese mundo, lleno de sugerencias, está
ahí, brindando y ofreciendo esa posibilidad que Pascal aprovecha, para
decirnos, en su claro y nada enrevesado lenguaje, cuál es su sensación y cómo
quiere que sea la del que contempla su pintura, al situarse frente a ella, con
el deseo de penetrar en ese mundo estético suyo, real, sí, pero bello y lírico,
dos cosas que Pascal conjuga en su creación pictórica de cada día.
CARLOS VALCARCEL
Miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte
J. Pascal domina con verdadera maestría
la pintura con espátula, técnica que encierra muchas dificultades. En la
suavidad de sus paisajes ha sabido superar la dureza de contrastes que la
pintura con espátula proporciona. Con frecuencia utiliza el color puro, tal y
como sale del tubo, sin mezclar en la paleta, y extendiéndolo con el canto de
la espátula, nos da esa sensación de dominio de la técnica y belleza que nos
produce la tranquilidad que emana de sus acertados paisajes.
TEODORO GARCIA CAMACHO
Crítico y pintor
J. Pascal, dentro de ese preciosismo que
caracteriza su pintura, con dominio absoluto del dibujo, de la forma con
conocimiento y empleo pleno del color, para obtener de él las más correctas
respuestas a las interrogantes que se plantea, dentro de ese lenguaje, de esa
expresión acorde de los modos académicos, consigue una obra museable, capaz de
satisfacer a quienes buscan en la pintura sosiego, paz y recreación
contemplativa.
CARLOS VALCARCEL
Miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte
Fiel a su estilo, a su concepto ecuánime
de la forma y del color, José Pascal acude, un año más, a su cita con la
afición murciana, en la Sala de Exposiciones de El Corte Inglés.
Paisajes, en su inmensa mayoría, y dos
cuadros de flores, expresan en esta muestra, con su técnica al óleo, cual es el
momento del artista, que, como decía antes, sigue fiel, leal, a su modo de ver
y decir las cosas, con plena identificación con el objeto observado y narrado,
dicho con la frase precisa, para dejar constancia del instante reflejado en la
tela o en la tablilla.
Así, resultado de este concienzudo
estudio de la naturaleza, de sus frutos y plantas, la flor es fresca, jugosa,
lozana, como el árbol está en función del paisaje, con su vida, con su
protagonismo a la hora de expresar un otoño, que se palpa en la nube, en la
lluvia, en el ambiente perfectamente contado por la frase feliz de este pintor,
que hace de las luces algo sensacionalmente bello.
CARLOS VALCARCEL
Miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte
He tenido la satisfacción de presentar
varias exposiciones del gran pintor murciano José Pascal. Ahora lo ya
acreditada Galería de Arte Gala, con una amplia colección de óleos sobre su
tema favorito, el paisaje.
José Pascal sabe arrancar, con el mayor
cariño y la más fiel realidad, todo el ambiente que rodea al trozo de tierra, a
la porción de aguas y vegetales, que traslada del mundo que le rodea y de la
parcela que elige como motivo de su pintura, al lienzo o a la tablilla.
Pleno de soluciones impresionistas, con
el conocimiento del postimpresionismo, sin llegar al hiperrealismo, Pascal
sitúa no solo el quieto paisaje, con sus árboles, sus montes, sus caminos, sus
acequias, sus gentes, sus luces y sus colores, bellamente dichos, con pincel
manejado con mano maestral alimentando en rica y jugosa paleta.
No, Pascal no se limita a esto, que de
pos si es mucho, muchísimo, Pascal mete en su cuadro, en sus cuadros, aire,
sol, calor, pulso y vida, en definitiva. La obra de José Pascal, viene a ser
como una manifestación plástica de lo que la naturaleza brinda y ofrece al que
la contempla, con los ojos del cuerpo y del alma, como una fiel expresión de lo
que esta tierra nuestra, que es Murcia, sus montes y sus colinas, sus verdes
vegas, sus secas llanuras, sus azules y rizados mares, regala a la vista, a la
sensibilidad y al espíritu de los que aman y se recrean ante la sublime belleza
de las cosas de este mundo nuestro.
Y todo esto a través de una exquisita
elegancia en el sentir y decir de este pintor murciano, que pone, al servicio
de la sensibilidad del espectador; la sensibilidad acusada del artista junto a
su oficio y bien hacer por el bello y noble lenguaje de la forma y el color.
Todo esto queda, sin duda alguna, bien
plasmado y confirmado en la muestra que José Pascal cuelga en la "Galería
de Arte Gala".
CARLOS VALCARCEL
de la Asociación Española de Críticos de Arte